martes, 23 de agosto de 2011

La vida vi, o la bipolaridad centenaria psicodramática contemporánea

Todo es una posibilidad si se mira desde ahí

No podés estar pendiente de todo. O relajás la angustia y la hacés parte de tus poros, o se sulfata en forma de enfermedad.
“La angustia es la antesala de la espontaneidad”, batió Dalmiro Bustos, que habló un rato para los futuros psicodramatistas.

Con esta aproximación al padecimiento quiero reflejar el sometimiento al dolor universal, el que lleva a sentir propio el pesar y la incapacidad, ajena la que dista de ser propia sino más bien que se eleva y proyecta para devolvernos una necesidad, un despertar que nos desafía a ir por ese lado.

¿De qué hablo cuando digo ese lado? Del incesante incentivo del descubrir por dónde asoma la siguiente situación que nos saque al ruedo de la acción, por efecto de causa consecuencia.
Y qué más que seguir probando e insistiendo con la determinante del artículo neutro.
Pausa. Si limito lo que digo me creo la duda, por lo que opto por darle paso a la creación de mutación, que brinda reflejo, en espejo. Tan sólo me asemejo, el resto ya escapó.

Tengo ganas de vivir vida.
Como si alguien no. No dormir más en la certeza de sentirse cómodo en el espacio de plenitud interna sino salir a jugar el juego de la multiplicación.
Drama que aflora con forma de esencia, y mi cuerpo que avanza hacia donde lo lleve yo.
Yo. Este ser tan profundo que por momentos le cuesta desprenderse del narcisista que lleva dentro. Porque en el interior hay paz pero en el fondo es conformismo disfrazado de egolatría, que te da la oportunidad de pisar más sobre firme para sacar a relucir las condiciones personales de imaginar y construir realidad.
Situación cómoda que amerite quedarse a disfrutar un rato más ese momento porque vale la pena.

Es lindo vivir conectado, comunicado, dispuesto. Lo místico saca lo divino que hay en vos.
Y si tomás lo que se revela es una cosa, y si tratás de manotear y no distinguís lo que se te está entregando será una vida de lamentos y padecimientos.
Si te sabés mantener despierto podrás dilucidar, distinguir, encontrar lo que se te muestra constantemente ante los ojos y no estabas queriendo ver ante el instante mismo en que se te ofreció.

Dispuesto. Abierto. Consolidado. Entregado pero en una disposición elegante, suspicaz, atrayente. Divergente desde la movilidad de presentar alternativa, difusa, ilusa, dispuesta.
Acercarse al organismo permite distinguir sus averías, y desde allí tomar cartas en el asunto.
La mente puede y debe estar en una cosa por vez, no hay más vuelta que transitar lo que andes pensando en un camino hacia la consumación de la vía alternativa, que abra y vuelque las expectativas en una sinuosa figura de representación, dada por la eventualidad que se haga presente.

Si todo lo hacés porque te sentís observado, pierde el sentido luchar por tu propia voluntad, por tu iniciativa de creer que se dispone o no de fuerzas para enfrentar más realidad. ¿Se la enfrenta? Apenas si se la descubre, pero haciéndole frente, mirándola a la cara.


"El Psicodrama es para mí sobre todo una cosmovisión, una mirada que abre perspectivas. Que busca el encuentro en vez del individualismo salvaje. Frente a la violencia desenfrenada oponemos el construir juntos una sociedad sin marginados. A este encuentro invitamos a todos aquellos que vibren en la misma sintonía" Dr. Dalmiro Bustos.

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Caminamos.
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