lunes, 28 de febrero de 2011

El antihéroe

Vivimos en una sociedad. Inmersos en un sistema que nos da y nos saca con un criterio universalista, de lo que supuestamente conviene, de lo que sería preferible para todos, como si ese patrón general pudiera medirse de alguna manera distinta que a través del individuo, cada uno que –en mayor o menor medida- juzga o se autodefine un parámetro por el cual podría o querría vivir mejor, de la manera que más le gustaría.
La ideal. Esa es la forma en que cada persona piensa que una sociedad –un conjunto de personas interactuando- tiene que vivir, desenvolverse, llevar a cabo su interrelación.

Y a la mayoría le cae mal aquella persona en ese grupo que se muestra dispuesta a superarse, el que es héroe de su propia vida y aspira a demostrarse a sí mismo sus capacidades, su potencial de logro, y ni hablar si desea transmitir ese conocimiento adquirido como aprendizaje.

La envidia, la codicia, el observar la actitud del otro por imposibilidad de reparar en lo que uno debería enfrentar para ser consumada su aspiración, o la mera vagancia por no sentarse a plantear una forma, un sistema, un plan para alcanzar la realización personal, son valores -éticos si se aplica al individuo-, morales del conjunto social que rigen el esquema de vida y que se reproducen como plaga producto de la incentivación publicitaria, y de los medios de llegada masiva.

Quien asume lo que le ocurre y se decide a hacerle frente sin oponer resistencia, quien enfrenta sus propias sombras y le encuentra una vuelta para convivir con ello, es una persona que corre con ventaja.
Aquel que se permite descubrir en sus adentros por dónde va sin obligación ni imposiciones de pareceres. El que hace lo posible.

Sin excusas ni pretextos es más difícil vivir, hay que encarar más el espejo y diferenciar criterios, relativizar pensamientos y animarse a ir siempre por más.
Sí, lo que más valoro es mi ser, mi cuerpo, mi esencia que es lo que me permite descubrir nuevos eventos.

El antihéroe podrá tener mucha aceptación social porque se muestra cercano a la desazón generalizada, pero no es recomendable ni conveniente para el que comprende que lo que se afirma en palabras está directamente relacionado a la obtención del hecho buscado.

martes, 22 de febrero de 2011

Realidad cambiante

Hay que vencer la inercia inicial que en primera instancia parece querer dejar todo como está. ¿Para qué, si así estamos bárbaro?, recuerdo que decía una publicidad.
Pero la patada de burro, el shock movilizante, ese que nos saca del pronunciamiento típico, cómodo, y nos impulsa a la invención, es el eje de realidad en el que elijo pararme.

Nada puede limitarme, porque la realidad a la que me adecuo es constantemente expansiva. Va de tierra fértil en tierra a conquistar, muestra vetas que parecían ocultas y fomenta que salgan a la luz, como todo lo que nació para dar vida.

Es elección –o ni siquiera- personal el moldeo que se le da a esa capacidad natural de darle vida y engendrar realidades plasmables. ¿Voy por el lado luminoso que se vislumbra o me entrego en la oscuridad pegajosa y pseudoatrapante?

También conviene comprender que hay momentos y momentos, y que las energías disponibles son renovables. Aún así, persisto en la idea de que si siempre estamos dispuestos a buscar un nuevo horizonte que nos motive a emprender la aventura, pocas cosas pueden salir como no lo esperamos. Depende de nuestra perseverancia, dedicación, entrega, y que el burro de arranque nos haga despegar en la búsqueda de objetivos concretables. Para luego ir por otro, y otro, y así…

jueves, 17 de febrero de 2011

Distinto

Me enorgullezco de no reclamar por la igualdad de las personas. Primero, porque no sé quién puede hacerse eco de ese pedido. ¿Alguien te va a venir a proveer de dicho derecho? ¿Seguís creyendo en la existencia de Papá Noel?
Y segundo, porque no creo que esa igualdad deseada exista. Es preferible notar, distinguir, que somos todos distintos, y desde ahí buscar alcanzar la realización personal.

Ese reclamo de igualdad lo siento más como una forma de lavar culpas de aquellos que ven que no todos están en las mismas condiciones pero les gustaría que así sea. Todo en modo condicional, apenas una vía de escape de la realidad misma que se encarga de dejarnos patente la unicidad del individuo y sus capacidades.


Somos distintos. Estamos unidos, sí, por el Universo mismo, lo cual no quita que tengamos que hacernos cargo de la posibilidad de expresar de esa forma única lo que nos ocurre dentro. Sin refugiarse, más bien sacando a relucir, poniéndose en juego.
El que se asume distinto está varios pasos delante del que pretende un mundo ideal pero que no sabe ni se sentó a planear cómo conseguirlo.

Sos un distinto. Y será indistinto el enojo que asumas para reclamar la igualdad, porque lo que no es cae en costal vacío, y da paso a los que sí quieran afirmar su verdad, irrepetible, aquí y ahora, sin igualdades que sofoquen la asunción de que lo que digas y hagas será producto de tu especial perspectiva. Única, y desde allí ideal. No falta nada, es la hora de animarse.

viernes, 11 de febrero de 2011

¿Vos decís?

Ponerse al frente de una causa implica asumirse capaz de promover un mensaje común que produzca roncha, que genere picazón en las cabecitas de las personas a las que les importa nuestra opinión.

Es dejar la humildad de lado, por un rato, para creerse que tenemos una verdad que afirmar, transmitir, dar a conocer, para reproducir y compartir en las redes que sabemos formar y consolidar.

¿Vos decís? ¿Te parece? ¿Crees?
Toda afirmación remite a una inevitable duda del agente que absorbe la información, la procesa y desprende su parecer.
Convence el que saca de su entraña lo recóndito y sabe que lo que dice ofrece una oportunidad de exploración e indagación.

El que afirma se arriesga a que su decisión arrastra y promueve una intención, se hace cargo, toma las riendas de la aventura de decir para vivir.
¿Vos decís?


¿El video que encendió la mecha?

miércoles, 9 de febrero de 2011

Polos armónicos

Tras haber entrado a las aguas termales medicinales más calientes que conocí, con contraste de agua helada en otro piletón.
Estoy flotando sentado en una silla junto a un altar indígena.

El amor vence al rencor por goleada. Un cuadro reza: “la venganza duerme en la hoja de coca, y se despierta en la sangre del invasor”.
Bajo la perspectiva zen, no hay invadidos ni vencedores, hay un constante vaivén entre polos de perspectiva, sin aferrarse a ninguno más que lo necesario para unir y relatar las partes.
El yin y el yan no son completos sin su complemento motor de dicotomía y enfrentamiento.
Porque el ser humano necesita de contrastes para asimilar conocimiento.

El equilibrio es el estado indisoluble que se acerca a la sensación de armonía corporal, física, de tono, de maduración junto al cosmos, pegados a ese ir y venir bamboleante que nos hace descubrir eventos, causalidades, oportunidades. Ver deidades donde hay beleidades. Hallazgos de cuerpo y alma que trascienden nuestro hervor sanguíneo, que nuclean la servicial circunstancia de reflejarse en los extremos para volver a posición.

Zazen. En armonía con lo que se eleva y nos deja divisar intersticios recónditos de consumación. Divino. Ancestral. Sagrado. Mismas formas de denominar la conexión con el más acá, allá, en la altura de la entrega de la mente al escenario de la acción.
Acción quieta, serena, desperdigada en las células, recovecos membranales, músculos en relajo, y ensueño dado por el acomodamiento de los órganos en el interior.

Viaje interno, al corazón, al centro del reconocimiento.
Todo lo que ocurre es natural, uno lo degrada al creerlo cultura, pero es la quinta esencia manifestada en el espacio –con Pink Floyd de fondo- saber que la Naturaleza prima en consonancia con la expresión personal.
La persona saca a relucir su esquema de capacidades, de relacionar.

Buen corto sobre los esquemas de aceptación de un individuo en su vida diaria:

lunes, 7 de febrero de 2011

Voz

La voz, el modo en que uno saca a relucir su texto interno, las palabras que se hilvanan para darse a entender, para COMUNICAR.
Reproducir, catapultar lo que se tiene para decir en forma de oraciones que nos permite hacernos entender, transmitir pareceres, opiniones, conjeturas.

La voz, la pronunciación, permite abrir opciones, circular en tren de ideas que llevan a expandir posibilidades. Según cómo resuene en el oído del interlocutor de turno sabrá corresponderse el diálogo, la acción mutua de comunicarse a través de la voz para sacar nuevas formas.

Con la voz nos permitimos conocer –reconocer- el mundo que nos circunda mostrándolo del modo que nos resuena en esa caja de resonancia que es el cuerpo y sale por la garganta para que su expulsión nos devuelva las consecuencias de hacerse cargo de lo que se dice.

Se formula, se…

El genio de las voces:



Y una voz muy reconocida, raro verle la cara:

martes, 1 de febrero de 2011

Machu Picchu, reflexiones encumbradas en la Meca Sagrada

Tras un intenso periplo por Bolivia y Perú, el legado de los Incas se hace presente.
En el punto más elevado de esta gloriosa civilización.
Entendimiento ancestral. Pudiendo obviar al turismo y el control, este lugar tiene una energía superior.

Las nubes se confunden entre las ruinas, los guías relatan su conocimiento y yo busqué una piedra-escalón para sentarme y abstraerme un rato.
Conectar con este sagrado espacio y vislumbrar lo que las piedras tienen para decirme.

Intiwatana, el sol amarrado.
Ritos, ceremonias, civilización consagrada a lo elevado, e información que se mezcla con el modernismo de la aseveración poco limpia, impura.
La mayor data de este lugar está en sentir su aire, su tierra, su vibración cósmica.
No es casual el lugar elegido. Sus viajes milenarios le permitieron al Inca captar la porción de mundo donde su sabiduría se concentra en niveles superlativos.

Al llegar estaba hiper excitado, acelerado, sacando muchas fotos, y por suerte decidimos asentar, comer un sanguchito y entregarse al placer del goce en silencio.
Hay que saber ir despacio. Un escalón tras otro se arma una civilización, que permite ser disfrutada miles de años luego debido a la perfección con que fue construida.

Mucho ruido impide respirar la esencia de este Templo.
Unión de fuerzas que llevan a un cúmulo de personas a disponer estas piedras bajo formas y sistemas únicos en medio de la cima de una montaña.

Estamos en el medio de la nube, y sólo animándose es que se descubre aquello que se mantiene oculto. Sin miedo, todo se consolida. Hay espacio para todo lo que alcancemos a soñar, proyectar al cosmos con la intención de reproducir.


Reproducimos personas, reproducimos ideas, reproducimos realidades que nos permiten clarificar el destino.
El camino Inca lleva la impronta del hombre andino, lo que verdaderamente somos los que nacimos en cualquiera de los ahora denominados países de Latinoamérica.

Todo crece, aunque no lo queramos. La paciencia vence al más resistente, y nadie puede invadir muestro templo sagrado que es el propio cuerpo y la locura disfrazada de cuerda que empleamos para interactuar en sociedad.
Lo demás, está con uno, y empiezo a sentir el sol en la nuca, ¿señal de que se está despejando?

Sólo la Naturaleza sabe qué pasará, y cuanto más logremos conectar con ella, más Dios reconoceremos.
Dios es el nombre universal para la creencia superior. Si se deposita fuera del alcance de uno, nunca lograremos reconocer el camino interno que nos lleva a distinguirnos como parte del Todo. Sí, vale creerse un punto de eso que ponderamos con distancia y en realidad -¿cuál? La mía- somos uno mismo expresándose.

¿Cómo puede haber vergüenza o culpa si notamos que somos lo que deseamos?
El camino se aliviana, porque nada sale fuera del plan, está sucediendo con la dicha misma de pertenencia.

Soy parte de este Monumento. Creo en el pueblo que lucha para conseguir sus objetivos. Me manejo con la transparencia del que nada pierde con mostrar su plurifacética disponibilidad.
Voy a sacarme los zapatos y entrar en contacto con esta tierra. La energía es algo que se transmite. Voy por la consecución de lo propuesto. Camino allanado.

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