viernes, 10 de diciembre de 2010

II - Canal, natura y pensamiento

Soy sólo un canal (ni más ni menos).
Se larga a llover. ¿Por qué correr de lo que la Naturaleza nos regala? Es agua que cae del cielo y se pronuncia sobre nosotros. “Se larga”, grita uno. Se toma, me sale pensar. Se recibe lo que pasa. No hay opinión, hay claridad para distinguir.
Y sí, siempre te voy a presentar el opuesto, para que veas qué te vibra, qué hay para descubrir de nuevo. Porque sino, es un embole.
¿A quién le gusta ser nada? Son roles, por momentos toca, y vaya que si toca. Es la oportunidad de indagar en la perspectiva personal. Y todo sigue su curso.
Curso directo al árbol que cobija debajo. El árbol arriba, yo debajo. El árbol arriba y abajo. Oportunidad única. De echar raíces, de tocar el cielo, de hacer que ambos se unan en realidad placentera y disponible.
El proceso creador requiere intuición, sabiduría y dejarse ser como uno distingue que es. No hay que copiar, ni hay que igualar. No hay que ir de la mano de nadie, ni tratar de llegar a un destino. El destino está con uno. Se revela a la intención forzada, opta por hacer que los hechos pasen y nos regalen su eternidad.


¿Para qué comer más si con lo que vino estoy satisfecho? ¿Qué habría de hacer que lo cósmico deje de pronunciarse? Nada. Ja, la nada. El todo. ¿Son algo? Son polos.
La vida pensada en forma extrema se pierde los matices que hagan que podamos circular fluida y amenamente. La mente se deja de lado, y dale que va.

Una primera intención es no ser perturbado. Y la segunda, la siguiente instancia, nos incita a conocer más del otro que también tiene para regalarnos su Don. Hay infinidad de posibilidades, y será lo que instemos o nos toque, porque uno distingue lo que quiere y puede. No veremos algo para lo que no estamos preparados. Por más que lo tengamos delante de los ojos.

Meditar y pensar van de la mano. Se llevan como el ying y el yang, opuestos complementarios. Oportunidad de creación.
Las personas sacan lo mejor de sí de a uno, en el cara a cara. Será por eso que se creó el concepto familia, formada por dos individuos que deciden reproducirse.
En sociedad saltan las miserias. Las situaciones que propician la tensión. La chance de descubrir lo que deseamos en el momento es vital para estar identificados con la consumación y no con la congoja de que no se dé lo que quisiéramos.

Quiero comer la manzana y tirarme a dormir. A no ser que surja otra cosa…
El punto es disfrutar uno de lo que está haciendo. No hay otro juicio posible, y toda la mala onda junta que nos quiera tirar alguien, directa o indirectamente, pasa de largo al no sentirnos reflejados en esa resonancia.
Nadie puede entrar en tu burbuja si no te genera reacción su ira despierta.
Me resbala, como quien dice. Me puede hacer volver a mis templos sagrados, que nunca son tal cual el del otro ser, o me puede hacer salir de mis casillas y hacer ver algo que no quería distinguir. Si no estás ni para uno ni para el otro, ¿para qué estamos charlando entonces?

(To be continued)

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